Cada día más las empresas tienen en cuenta el empleo de tecnologías limpias en los procesos de producción, por un lado por la exigencia de las leyes acerca del cuidado y conservación del medio ambiente, y por otro por la mirada de los consumidores preocupados de que los productos sean eco-amigables.
En el ámbito de la flexografía, con la introducción del biopolímero o polímero biodegradable para la impresión de envases y embalajes, se continúa en el desarrollo de materiales que minimicen el impacto sobre el medio ambiente. Además de la utilización de componentes no contaminantes en su producción, la descomposición puede llevarse a cabo por medio acuoso, suelo, medio marino, compost (materia orgánica, humus), diversas enzimas o por combinaciones de calor, humedad, luz y/o estrés mecánico que actúan como catalizadores de la degradación.
Desde hace ya varios meses, InterflexGP viene ofreciendo el biopolímero como complemento perfecto para las tintas ecológicas del mercado argentino. Este nuevo producto también aporta ventajas y mejoras al proceso de producción ya que, al tener acabado mate y mayor adherencia con las tintas, permite su uso en impresión sin necesidad de realizar un tratamiento superficial previo.
Las pruebas llevadas a cabo con fabricantes de diferentes escalas han sido exitosas, adoptándose como tecnología estándar, y dando un paso más en la dirección de que los envases y embalajes cumplan con la normativa europea UNE EN 13432.